
Se muestra muy satisfecho de haber cantado para "cuatro generaciones" y en la industria alimentaria también va camino del doctorado. Hace quince años alquilo un espacio en un secadero de jamón en Barcarrota, entre las fincas de El Almendral y Los Nogales, y allí empezó su aventura. "Siempre me ha gustado la ganadería. De hecho, le llevaba la ganadería Brava a mi padre". Ubicada en Extremadura, "la zona que más productos autóctonos únicos tiene del mundo", hace cinco años compró el secadero, con lo que sumaba al vino Casa Lobos, la segunda pata de su gran proyecto. Las cuatro patas son el jamón, vino, aceite y queso, aunque estos dos últimos "aún tendrán que esperar".
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