enero 20, 2013
"Una cosa es Miguel y otra, Bosé" Diario "Estampas" de Venezuela
A sus 56 años, el consagrado cantautor español no cree en la política, vislumbra un nuevo camino para el arte y dice querer ser "un padre estupendo". Los próximos 15 y 17 de febrero presenta en Venezuela Papitwo, segunda parte de las nuevas versiones de sus temas más sonados. Acá sus reflexiones sobre el mundo y una confesa dualidad.
No es sencillo plantearse una conversación con un artista que ha dicho públicamente que "le fastidian las entrevistas". Menos sencillo si, además, se trata de alguien que recientemente se quedó dormido en una de ellas, para la señal televisiva del canal español Antena 3, incidente por el que pidió disculpas, atribuyendo la breve siesta al ajetreo que ha implicado para él la promoción de Papitwo, segundo disco de versiones de sus temas más emblemáticos, en las que lo acompañan voces conocidas de la escena hispana (lo precede el exitoso Papito, editado, bajo el mismo concepto, en 2007).
Como era de esperarse, el álbum se convirtió en gira y Venezuela está en la agenda de presentaciones de Miguel Bosé, quien llegará al país con este espectáculo, que ya ha sido aplaudido en más de 20 ciudades europeas. El 15 de febrero la cita será en el Hotel Hesperia, de Valencia; y el 17 en la Universidad Metropolitana, de Caracas. Sus fieles fanáticos criollos están, pues, a la expectativa de esta tarima, anunciada como una fusión de Papito con Papitwo; es decir, como la oportunidad perfecta para corear desde Partistano hasta Sevilla, pasando por Morena Mía, Si tú no vuelves, Sol Forastero, Creo en ti y pare usted de contar.
Pero lo de "papá" no se queda en el título de sus dos discos de versiones, ya que hace año y medio, Bosé se convirtió en el progenitor de Diego y Tadeo, gemelos presentados oficialmente por el artista en su perfil de Facebook y concebidos según se rumora gracias a un vientre en alquiler de una mujer estadounidense, siguiendo el ejemplo que Ricky Martin dio.
Una línea telefónica en México, donde en medio de su gira fungió como jurado del reality show La Voz, permite este contacto telefónico en el que su ajetreo lo mantuvo más bien despierto.
Habla Miguel, habla Bosé
¿Qué traes con la gira Papitwo?
"Alegría, esperanza, buen rollo, buena energía... En resumen, todo lo contrario a lo que puede verse en el panorama español en este momento: depresión y muy pocas luces de futuro. Es un espectáculo innovador, poderoso, tanto a nivel sónico como visual, para darle a la tristeza una sacudida, para que la gente entre a una dimensión en la que es totalmente feliz, al menos durante un par de horas".
En Venezuela, tu show siempre es bien recibido. ¿Has pensado alguna vez en hacerle una canción a este país?
"(Después de una breve pausa) Yo no soy de los que le hacen canciones a países ni a la madre ni a los hijos, jamás, ¿eh?".
¿Te parece muy cursi?
"No. Pero es más bien folclórico, ¿eh?".
¿Y Sevilla?
"Esa es la única canción que he hecho que tiene nombre de ciudad. Pero eso responde a que la lírica describe un escenario donde sucede una especie de crimen pasional, con un yin y yang surrealista y en un lugar más cercano al mundo de Dalí que a otra cosa".
Venezuela también tiene sus escenarios surrealistas...
"¿Ah sí? Pues hecho. Tendré que apuntarlo".
¿Cómo describirías a los venezolanos?
"Hay de todo, como en todos los países. Es muy difícil generalizar. Es como si me preguntaras: ‘¿cómo describirías a los españoles?'".
Digamos entonces que a los venezolanos que conoces...
"Ah, bueno. Eso es otra cosa. Mi público venezolano, por ejemplo, es gente que se me parece. Y cuando uno se parece, se atrae, se mezcla, se comunica. Son personas apasionadas, de una gran naturalidad, abiertas de mente, auténticas, cálidas y sobre todo leales. Eso me consta. A los que conozco más directamente los considero muy universales, tanto los que están dentro como los que están fuera de Venezuela. Pero, lo dicho: no los conozco a todos".
Conoces a Boris Izaguirre, por ejemplo...
"Sí, claro. Conozco también a Eugenia Niño, la directora de la galería Sen, en Madrid, quien es de una genialidad brutal. La perfecta referencia de una venezolana universal. Una amiga a la que considero una de las más grandes en su oficio".
¿De qué te gusta conversar cuando estás con tus amigos?
"Depende del tipo de amigo. Están los que conozco desde la infancia, quienes tienen trabajos muy distintos al mío, y están los que comparten conmigo esta profesión... No sé, la conversación depende también de la noche, de lo que haya alrededor de la mesa. Inevitables son dos puntos: lo político-social y el futuro del arte".
Si te pidiera una opinión político-social, ¿qué te gustaría tocar?
"Pues te diría que, en general, la clase política es inútil, desgastada, anacrónica y que no sabe nada de lo que ocurre en la calle. En fin, que el ámbito político mundial debe resetearse, reiniciarse y reconocer que el sistema que ha creado es esclavo de las finanzas y que la economía no lleva a ninguna parte más que al favoritismo y al bienestar de unos pocos. Que los que tenemos la suerte de tener trabajo y poder contribuir a las arcas de los estados deseamos que nuestros iguales, los menos favorecidos, tengan al menos lo mínimo que los dignifique: seguridad, educación, trabajo y un buen retiro".
¿Qué dirías sobre el futuro del arte?
"En este momento, el mercado del arte se está comiendo completamente al verdadero arte. Pero yo estoy convencido de que este último va a encontrar una mayor libertad de expresión, otros caminos para ser apreciado por aquellos que realmente se emocionen con él y no por el típico buqué de coleccionistas bobos que no tienen más que el bolsillo lleno de dinero sin tener ni p... idea de lo que es el arte y que sólo quieren ostentar".
¿Cómo trasladas esa reflexión a la música?
"La música está viviendo un momento de caos que puede verse también como un momento creativo y de renovación".
Hablando de eso, has anunciado que luego de estas nuevas versiones de tus temas (Papito y Papitwo), tienes materia prima para hacer muchos discos más...
"Hay montones de cosas que me motivan a componer. Ya las perseguiré, cuando termine este proceso de la gira. Vamos a ver qué sale".
¿Qué es lo primero que haces cuando terminas una gira?
"Antes agarraba un avión e iba a practicar inmersiones submarinas alrededor del mundo con mis amigos. Ahora, mis vacaciones perfectas son las caseras. Más en este período en el que estoy procurando convertirme en un padre estupendo de dos diablillos de año y medio, asunto que no es nada fácil, pero que supongo que a todo el mundo le pasa".
¿Cómo es Miguel Bosé a los 56 años?
"Pues, mira, una cosa es Miguel y otra Bosé. Los dos viven dentro del mismo cuerpo, pero no se soportan".
¿Cómo es eso?
"Miguel es muy tranquilo, vive de una manera muy pacata. Es un tío de huerto y de jardín, de cocinar, de perros, de campo. Bosé, en cambio, es un demente. No tiene reglas, es una especie de huracán incontenible que arrasa con todo. Se despierta y quiere cambiar el mundo".
¿Cómo hacen para convivir?
"Bosé sabe que su centro de gravedad es Miguel, lo necesita para tomar tierra. Y Miguel sabe que para financiar su vida necesita a Bosé".
¿Cuál es el mayor prejuicio de Miguel hacia Bosé?
"Ah no, eso no te lo voy a contar, se rompería el misterio. Esas cosas se quedan en casa (risas)".
¿Cuáles son los temores de ambos?
"Tampoco te los voy a contar".
Por favor, que alguno de los dos cuente algo...
"No, no, que no hable ninguno de los dos. Los asuntos privados de Miguel no pueden salir a la luz pública. Eso destruiría su refugio, se quedaría huérfano, se retiraría y arrastraría a Bosé a la desaparición. Eso Bosé lo respeta, por eso nunca lo cuenta todo".
¿Es cierto que a Bosé le fastidian las entrevistas?
"Hombre, depende de quién se las haga. En eso lo entiendo, porque hay colegas tuyos que no son dignos del título de Periodismo".
¿Qué tal crees que le pareció esta conversación?
"Le ha gustado. Te lo aseguro".
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