abril 19, 2015

Miguel Bosé en entrevista para "El País"


Entrevista publicada el 19 abril 2015 en El País digital

Bosé ­—59 años recién cumplidos, el pelo largo bien recogido, el chándal y las deportivas de color negro, la resistencia y la frescura contra el paso del tiempo, la ambigüedad rampante, el buen humor y la cortesía en contraposición a su fama de huraño— cuenta entre la comodidad de los cojines que está a punto de comenzar su gira Amo tour. Dentro de poco se irá a México y regresará a España el próximo 20 de junio, donde se presentará en una decena de ciudades. El año pasado salió a la venta su más reciente disco, Amo (Warner) y, con su canción Libre ya de amores, desató por enésima vez el interés de sus fans. Durante estos días no para de ensayar su nuevo espectáculo, aderezado con luces robóticas, vídeos y un escenario mutante, “con una energía mayor a la que tenía a los 25 años”, dice el ahijado de Luchino Visconti y padre (“padrazo”) de cuatro hijos (Diego, Tadeo, Ivo y Telmo).


P. ¿Para qué sigue haciendo más discos si en sus conciertos el público le sigue pidiendo que cante sus temas clásicos?

R. Tiene toda la razón. A ver: yo los discos nuevos los hago por necesidad, porque compongo canciones nuevas y las quiero compartir con la gente. Hoy hay otra posibilidad: colgar canciones en la red, regalárselas a la gente y luego hacer giras. Es cierto que el repertorio de la gira de Amo tiene una tercera parte que son temas nuevos y dos terceras partes amplias con canciones pasadas que la gente quiere escuchar, porque les pertenecen, porque son suyas ya. Y no admiten que uno no las cante. Bueno, las cantan ellos y luego se aplauden mientras uno está enfrente, ja ja ja ja. Pero tiene razón: uno canta algo de lo nuevo y luego las otras. Porque la gente va a escucharlas sí o sí. Luego puede ocurrir que, con el paso del tiempo, las nuevas tengan el estatus de clásicos y también las pidan.

P. ¿En este disco su voz está más tratada o matizada?

R. No. Es más natural que nunca. Pero porque también los sonidos de alrededor son naturales. Es una producción donde no hay sobreproducción. Sin volúmenes ni efectos especiales. Es la más escueta, la menos producida… En este disco he utilizado una media de 40 pistas por tema y en Papitwo yo creo que menos de 70 no había. La diferencia es que no suena tan frío como, quizá, los anteriores. Esa es la modernidad: menos arreglos.

P. ¿En qué ha consistido la preparación de esta gira?

R. Yo produzco y dirijo los espectáculos desde siempre. Trabajo con muy buenos técnicos. Hay un departamento de luces, otro de sonido, otro de música; un departamento que me ayuda a memorizar y repetir todo lo que son objetos y gente. Son equipos con los que me siento una vez que ya tengo el álbum y hacemos una tormenta de días durante algunos días. Después de eso, nos reunimos de mes en mes y luego hacemos ensayos generales para ensamblar todas las partes. Son ensayos que empiezan a las nueve de la mañana y acaban a las 12 de la noche, sin descanso los fines de semana. También está el área de informática que diseña todo. Esto es una factoría. Nos juntamos en una nave inmensa y ahí comemos. Muchos se quedan a dormir ahí. Y así nacen cada uno de los espectáculos que yo presento. Pero todo es posible gracias a la gente magnifica que trabaja con nosotros.

P. Sus giras suelen ser largas, ¿no le cansa en exceso ir de ciudad en ciudad, de país en país?

R. Si yo hago ese comentario a mi equipo, se partiría de la risa. Me dirían: eso no te lo crees ni tú. No. Yo soy animal de carretera. El directo lo llevo en la sangre. Hace poco me decían: haces los discos por hacerlos o por hacer giras. Indudablemente lo hago porque necesito dar conciertos, hacer cosas nuevas. Por eso todos los discos acaban en giras largas. Porque somos una familia que fabricamos algo y nos sentimos muy orgullosos de ello y luego viajamos para mostrarlo. Estamos siempre en familia. Mi gente que me acompaña a las giras es la más cercana, con la que tengo más en común y con la que hablo de todo. Y hacer un directo es una maravilla. Yo tengo un enganche con eso. Porque es muy beneficioso para mí. Es altísima terapia. Gracias a eso no tengo que ir a pagarme ningún psicólogo ni gimnasios… porque es una aeróbica diaria. Si tengo fiebre, algún dolor, algún esguince… con el directo se me quita todo. Las energías se van transformando. El año que viene voy a cumplir 60 y tengo una energía más grande y poderosa que cuando tenía 25. Por cierto, esta gira al acabamos en 2016, en julio. Por ahora, ¿eh?



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